miércoles, 27 de abril de 2011

si pasas por el norte


Hace un buen tiempo a mis papás se les ocurrió la idea más genial y descabellada de todas las ideas que les he escuchado hablar: abrir un restaurante en mi casa, primero lo conversaron ellos, después nos lo comentaron a mi hermano y a mí, a mi parecer, la idea de cerrar la tienda y usar toda la  casa para un restaurant me parecía buena y triste a la vez, es decir: crecí con una tienda, yo era la envidia de mis amigas por ser la que primero probaba los dulces nuevos que salían en el mercado. Crecí jugando en una casa gigante, tantas aventuras, y ahora sería de uso público. Con el tiempo entendí que los cambios siempre son para mejor y que una casa como la mía aspiraba a más, les  confieso que el primer año con el restaurante fue un cambio difícil para toda la familia, antes acostumbrábamos comer juntos, ahora comía cada uno por su lado y a las horas incorrectas. Todo parecía ser que esta aventura acabaría en un terrible desenlace y francamente, no me agradaba la idea de salir de mi rutina, pero en fin, siguió todo su curso y creo que con el tiempo las aguas se calmaron y poco a poco hemos ido creciendo. Al principio se notaba en las caras de todos la pena de ver los salones vacios (son unos salones muy grandes), administradores entraron y salieron, cada uno tratando de subirle la clientela y no nos podemos quejar de nada pues cada uno ha dejado su huella acá, y una buena huella. Poco a poco fuimos madurando y adquiriendo experiencia, lo que antes parecía un caos, ahora es calma; a casi 3 años de abierto el restaurant ya tenemos nuestros clientes fijos, también vienen turistas y clientes que se suben a este “tren culinario” y al parecer la mayoría no quiere dejar la ruta, me alegra mucho eso pues la comida norteña es muy rica y variada; y la gente que consume en mi restaurante se va contenta, eso es lo principal. Ahora he concluido que este restaurante más que un beneficio propio, es un beneficio para Lambayeque en cuanto a su atractivo turístico y cultural de la gente que viene a comer, un 60% son turistas, de ellos un 20% son extranjeros y sus comentarios con respecto a la comida no son más que los que hacen con respecto a la casa, patrimonio cultural que, aun teniendo muchas reparaciones  guarda el estilo colonial que la caracteriza, siendo su principal atractivo los techos en el que están talladas 60 bigas con 120  iguanas en pino de Oregón que demuestran el esfuerzo de nuestros antepasados. Creo que el restaurante Casa Descalzi es una  combinación del pasado en el presente y un buen cebiche de lenguado

 Les dejo una foto del día que inaguraron mi restaurant... Atrás las dos infiltradas somos mi amiga Camila y yo, ¡como hemos cambiado!. 
                              
 ..y otra de la tradicional inauguración por parte de los padrinos, al costado mi papá y mi abuelita.

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